La madre es el relato pormenorizado de cómo una víctima, Pelagia, una “vieja de cuarenta años”, una mujer apaleada por su marido y embrutecida por el trabajo doméstico, un ser simple, ignorante y resignado a su destino de explotada, es capaz de romper los lastres psicológicos que la atan a su condición de paria social -el miedo y la resignación- y convertirse en una combatiente por la libertad, en un sujeto activo de la Historia. La madre representa el despertar del pueblo ruso a la realidad socialista, atacando al tiempo las instituciones del zarismo (gobierno, iglesia, judicatura, policía, ejército). Por estas razones, la novela fue inicialmente prohibida por la censura zarista rusa y luego encumbrada por el régimen socialista, que la convirtió en modelo de literatura y consiguió que su autor fuera varias veces finalista para el Premio Nobel.
Máximo Gorki, cuyo verdadero nombre era Alekséi Maksimovich Péshkov, fue iniciado en el mundo literario por su abuela, con quien vivió desde los cinco años tras la muerte de su padre. Emancipado, Gorki ejerció los más diversos y variados oficios, entre ellos el de pasante de abogado, que le permitió la frecuente lectura. Comenzó a escribir en 1892 y en San Petersburgo se relacionó con un grupo revolucionario soviético, que le introdujo en el mundo bolchevique. Por motivos de salud, viajó a Capri, en Italia, pasando periodos en esta ciudad y otros en Rusia, a donde volvió a vivir como consecuencia del advenimiento del fascismo en Alemania. En esa época, Gorki criticó a Lenin y Trotsky, y marchó de nuevo a Italia. Enaltecido por Stalin, que admiraba su literatura, regresó con grandes honores a Rusia, pero con el tiempo fue cayendo en desgracia, hasta su extraña muerte (se dice que ordenada por Stalin), en 1936. Es autor de obras teatrales, cuentos y novelas, algunas de ellas de carácter autobiográfico. De entre su obra habría que destacar títulos como La madre, Los vagabundos, Días de infancia o El negocio de los Artamonov.